Más allá de La Niña: “La persistente acción de los vientos polares sigue causando efectos negativos”

Más allá de La Niña: “La persistente acción de los vientos polares sigue causando efectos negativos”

Cuando se evalúan las perspectivas climáticas para el ciclo próximo, generalmente los análisis se centran en si tendrá incidencia El Niño o La Niña.

Sin embargo, hay otros fenómenos que pueden actuar como impulsores o supresores de las lluvias; entre ellos, por ejemplo, los vientos polares.

Precisamente, en el último informe de perspectiva agroclimática estacional elaborado por el agroclimatólogo Eduardo Sierra para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el experto hace hincapié en este aspecto, como uno de los factores que explica el porqué de grandes zonas argentinas que permanecieron sin recibir agua hasta los últimos días, en que finalmente la primavera activó precipitaciones.

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LA NIÑA Y LOS VIENTOS POLARES

“El desarrollo de un evento frío en el Pacífico Ecuatorial, sumado a la persistente acción de los vientos polares, amenaza con continuar generando fuertes perturbaciones agroclimáticas durante la campaña agrícola 2024/25”, señala a modo de resumen el reporte de la entidad porteña.

En principio, analiza lo sucedido en el otoño, oportunidad en que “un temprano y vigoroso enfriamiento del Pacífico Ecuatorial pareció señalar la proximidad de un episodio intenso de La Niña, pero posteriormente el fenómeno perdió fuerza, ubicándose entre un Neutral Frío y una La Niña Débil”.

De todos modos, aquí amplía: “No obstante, el nivel de la amenaza se ve potenciado por una persistente acción de los vientos polares, que se encuentran activados sobre su nivel normal, como lo muestra el extenso enfriamiento del Litoral Pacífico del Cono Sur”.

Por estas causas, durante el invierno que acaba de finalizar, se observaron extensas áreas con precipitaciones bajo lo normal, con su foco en el interior del área agrícola argentina, temporales de nieve en cordillera, marcados descensos térmicos tardíos y grandes superficies afectadas por incendios de campos.

Así, Sierra vuelve a insistir en que siempre hay que mirar más allá de El Niño o La Niña a la hora de los pronósticos.

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“Este comportamiento indica el riesgo, que, aunque el evento que se desarrolla en el Océano Pacífico Ecuatorial sea débil, al sumarse los efectos de los vientos polares, su acción combinada da lugar a la persistencia de grandes extensiones con perturbaciones climáticas negativas en el interior de La Argentina a lo largo de toda la temporada 2024/2025”, repasa.

Incluso los vientos polares, según Sierra, están frenando un flujo positivo de humedad proveniente del Océano Atlántico.

“Durante las últimas semanas, la temperatura del Océano Atlántico se incrementó, pasando a observar valores sobre su promedio estacional, mejorando la perspectiva de lluvias sobre el Litoral Atlántico y Fluvial, pero con poco efecto sobre el interior del área agrícola, donde la acción de los vientos polares sigue causando efectos negativos”, puntualiza.

EL CLIMA EN PRIMAVERA Y VERANO

Por las causas expuestas, el especialista proyecta que la primavera presentará un panorama muy contrastante.

Por un lado, estima que un foco húmedo se ubicará sobre el NOA y el oeste del Paraguay, extendiéndose sobre el norte de Cuyo, y otro se ubicará sobre el Estado de Santa Catarina y zonas aledañas.

Del otro, un foco seco afectará al sur del Cerrado Brasileño, mientras un extenso foco seco afectará a gran parte del interior de La Argentina.

En tanto, aunque se producirán marcadas oscilaciones térmicas, “la intensidad de las heladas primaverales será moderada, finalizando cerca de su fecha promedio, al mismo tiempo que se observarán calores tempranos, con sus focos sobre las áreas donde las precipitaciones podrían ubicarse bajo la media”, menciona Sierra.

En cuanto al verano, afirma que los vientos polares se retirarán hacia el Sur, disminuyendo sus efectos negativos, mientras el episodio frío alcanzará un nivel débil a moderado, reduciendo el nivel de las perturbaciones climáticas.

“Gracias a ello, la mayor parte del área agrícola del Cono Sur recibirá precipitaciones normales a superiores a lo normal. Contrariamente, gran parte del interior de Argentina, recibirá aportes bajo la media, con su foco en el límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, y zonas aledañas”, indica.

Con respecto a la intensidad de los calores estivales, subraya que “apunta a mantenerse en un rango moderado, aunque se producirán focos de calor intenso, especialmente sobre el sur del Cerrado Brasileño y las áreas del interior de La Argentina donde fallen las lluvias”.

Por último, “se espera que el episodio frío, ya se trate de un Neutral Frío o una La Niña Débil cesará sus efectos en forma temprana, haciendo que el Otoño 2025 observe precipitaciones normales en la mayor parte del área agrícola del Cono sur.

Pero nuevamente los vientos polares podrían ser un problema, porque su retorno estacional haría que se mantenga el foco seco en el límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, y zonas aledañas, siendo probable que el sur del Cerrado Brasileño finalice su estación lluviosa en forma temprana.

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