“El primer paso para crecer es reconocer dónde estamos parados”, comentó Alfonso Romero Vedoya, director general ejecutivo de COFCO International, empresa que en Argentina lidera las exportaciones de soja y subproductos.
En una participación vía Zoom, de la cual formaron parte el exsecretario de Bioeconomía de la Nación Fernando Vilella, el presidente de la Cámara de Industrias Aceiteras de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC) Gustavo Idígoras, y organizada por AdBlick Agro, señalaron que la situación del sector que más dólares aporta al país es “preocupante”.
El principal punto de dolor es un estancamiento de las actividades, en simultáneo al desarrollo que se aprecia en países como Brasil o Estados Unidos, de la mano de los biocombustibles.
“Argentina es un espectador”, se lamentaron.
“Esta industria tiene un problema importante, nada que no se pueda cambiar, pero tenemos una crisis estructural importante viendo cómo los vecinos capitalizan las oportunidades”, continuó el directivo de la multinacional de origen chino.
A su vez Idígoras, representante de las firmas que generan al menos el 48% de las exportaciones del país, expresó: “Estamos en una situación extremadamente preocupante en la principal industria generadora de divisas de la Argentina. Lo digo con muchísima preocupación pero no con desánimo”.
“Argentina es un espectador, primero era parte del tren y ahora estamos en última fila viendo si cerramos el cine, cada vez más lejos de esa película”, ironizó Idígoras.
El empresario destacó que contra la campaña 2010 Brasil aumentó un 111% su producción y Estados Unidos creció más del 38%. En ese mismo período, la Argentina no creció, incluso descendió.
“Y cuando vemos la molienda de soja, teniendo en cuenta que harina y aceite son los principales aportantes de divisas del país, la molienda creció 53% en Brasil y 42% en Estados Unidos, con compromisos de inversión para crecer hasta un 30% más en los próximos años en Norteamérica”, indicó.
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A su vez los participantes alertaron por la capacidad ociosa: sostuvieron que el uso de la industria aceitera nunca supera el 60% de la capacidad total instalada. “No estamos creciendo ni en capacidad ni en ritmo de molienda”, definió Idígoras.
Por su parte, Alfonso Romero Vedoya compartió: “Una compañía como COFCO se quiere posicionar en los países que hay oportunidades, con reglas de juego claras, en donde crece la producción y los productores pueden crecer libremente con tecnología, para producir más volumen que estas compañías necesitan y saben manejar”.
Y ejemplificó: “COFCO está haciendo inversiones importantes en Brasil, un puerto enorme en Santos con capacidad para 15 millones de toneladas. Porque ven cómo Brasil más que duplicó la producción de soja, ahí está la oportunidad. Es tan sencillo como eso”.
¿LA SOJA, RUMBO AL BIODIÉSEL?
“La estrella de esta película es el biodiésel. Los granos van a estar cada vez más vinculados al valor energético. Y Argentina está desacoplada de eso”, resaltó el titular de CIARA-CEC.
El directivo de COFCO presentó una teoría y afirmó que, en una línea de tiempos, “dividiría a la Argentina en dos”.
“Primero, un período virtuoso de 2002 a 2010 dado por bajas retenciones y precios alcistas muy importantes”, comentó. “Todas estas empresas invirtieron”, dijo haciendo referencia a las empresas de CIARA-CEC.
“Todos los años una empresa estaba anunciando una nueva línea de producción. En 10 años se duplicó la capacidad de molienda. Renova (la más grande del mundo) fue la última planta que se hizo, fue el fin de este crecimiento. Argentina crecía más rápido que Brasil”, ejemplificó.
Sin embargo sostuvo que, luego, el país “entró en una meseta”.
“Altas retenciones, controles de cambio, reglas poco claras y mucha presión de estadios intermedios, prestadores de servicios y sindicatos”, enumeró. “Todo el mundo quería llevarse algo de esta cadena de valor. Eso hizo que los márgenes se achiquen, que se termine el incentivo de producir soja con 33% de retenciones”, expuso.
Según sus cálculos, el país pasó de tener un área sembrada de 20 millones de hectáreas a 16 millones.
Desde ese punto señalaron al como factor determinante para revertir la situación. “Y no solo la industria debería estar reclamando esto, Brasil está cortando al 14% y del lado del productor también debería estar el afán del incentivo. Argentina está enfocada en producir alimentos, cuando Brasil y Estados Unidos están enfocados en producir alimentos y energía. La matriz de precio del productor es distinta en el exterior vs. Argentina”, expusieron.
Alfonso Romero Vedoya comentó: “Sería como si en el campo no solo hubiese un campo productivo sino también un pozo petrolero, que también produce energía. Hay que mirarlo así”. Inmediatamente resaltó que Estados Unidos produce 120 millones de toneladas y muele el 70% de eso: “Casi la totalidad de lo que se procesa se transforma en biodiesel”.
En tanto, Brasil muele 50 millones de toneladas, y el aceite de la mitad de esas toneladas se transforma en biodiésel. “Te estás priceando contra la energía, es más atractivo”.
El desarrollo del Hydrotreated Vegetable Oil, conocido como “HVO” por sus siglas en inglés es otra de las grandes atracciones. Lo mismo con el SAF, el Combustible Sostenible para la Aviación.
“Muchas compañías de fletes a partir de mandatos europeos están obligadas a agregar biocombustibles en sus fletes a Europa, el mercado se va desarrollando con el biocombustible, que es el nuevo driver de esta industria”, afirmaron.
“Y nosotros estamos afuera, defendiendo unos pocos intereses pequeños locales, cuando podría ser un driver muy importante para la economía del país y participar de esta tendencia global. Estamos perdiendo una gran oportunidad”, definió.
¿BAJA DE RETENCIONES A LA SOJA?
Entre los puntos más importantes que entienden para traccionar el crecimiento del sector y volver a dinamizarlo, afirmaron los empresarios, se encuentra la baja de retenciones a la exportación de soja.
Un aspecto que desde el sector primario alertan constantemente los productores que terminan por afrontarlo ellos, más allá de ser los exportadores quienes efectúan el pago.
“No se puede crecer con 33% de retenciones”, afirmó Idígoras, que sostuvo: “Lo primero que tenemos que hacer es bajar las retenciones a la soja. Hicimos un estudio econométrico que si solo bajamos del 33% al 25%, Argentina tendría US$ 5000 millones más en un año”.
“El fisco en lugar de sacrificar US$ 320 millones ganaría US$ 730 millones por otros impuestos. Es verdad que son impuestos coparticipables, pero es saludable para salir de impuestos distorsivos”, expuso.
Igualmente, aclaró: “Hasta que no tengamos estabilidad, las discusiones van a seguir siendo de la coyuntura”.
“Hoy hacemos este diagnóstico duro y crítico porque vemos una oportunidad política de cambiar la realidad. Si vos me decís, ¿el año pasado estábamos en condiciones de discutir esto? No, era imposible discutir esto. Todos los días era ir a la Secretaría de Comercio y administrar fideicomisos que eran un desastre. Era discutir los dólares especiales que había, las intervenciones de mercado, las cuotas. Había que administrar el caos. Este Gobierno abrió una luz de esperanza, y ahora si vemos la realidad con el objetivo de cambiarla”, cerró en tono optimista.