Durante el último fin de semana, una nueva tanda de lluvias llegó a la zona núcleo y a gran parte del país, aunque en general sin grandes acumulados salvo zonas puntuales, lo que constituye un alivio para quienes están teniendo problemas para cosechar, debido a la alta humedad, según señalaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En paralelo, estas nuevas descargas fortalecen un escenario agronómico muy favorable para la siembra de trigo, con reservas hídricas abundantes para encarar la campaña, aunque con la preocupación de que La Niña asoma como una posibilidad cada vez más firme a partir de agosto, de acuerdo con datos de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA).
Como cada semana, el informe de la ORA incluye mapas con la estimación de contenido de agua en el primer metro de suelo, que este lunes fueron elaborados considerando una cobertura de pastura (implantada o natural, según la zona).
De allí se desprende que predominan las áreas con excesos o reservas excesivas en Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, debido en gran medida a que los excesos generados la semana anterior no se habrían retirado del todo, como resultado de temperaturas moderadas y nuevas recargas que se sumaron en los últimos días.
En tanto, “sí se observa un mayor retroceso en los excesos en el centro-norte del país, donde las temperaturas resultaron más altas y no hubo registros de lluvia superiores a 10 milímetros. Lo mismo sucede en el oeste de Córdoba”, amplía el reporte.
La mejor noticia en este contexto fueron las mayores recargas evidenciadas en el sudoeste bonaerense, que era una zona que no lograba salir de niveles de reservas escasas o incluso sequía, pero recibió lluvias de más de 50 milímetros y ahora pasó a categoría de reservas regulares.
LA NIÑA EN EL HORIZONTE
En este marco, que la campaña comience con una buena oferta de agua es fundamental para garantizar un desarrollo inicial favorable para los cultivos, más aun teniendo en cuenta que es posible que en el segundo semestre retornen las condiciones de déficit hídrico.
“Se sostiene el pronóstico de La Niña”, titula el artículo de análisis que acompaña el informe de la ORA, en relación a la posibilidad cierta de que este fenómeno vuelva a instalarse a partir de la próxima primavera.
“Si bien el IRI (Instituto Internacional de Investigación sobre el Clima de la Universidad de Columbia, EE.UU.) enfatiza que de enero a junio los pronósticos de la temperatura del Pacífico Ecuatorial no son tan eficientes, la última emisión sigue inclinándose a favor del inicio de La Niña en primavera”, menciona el estudio.
Una señal de alerta cada vez más encendida: “Hay grandes posibilidades de que vuelva La Niña”
En concreto, el IRI publicó los nuevos resultados de los modelos internacionales que prevén el comportamiento de la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial central, y determinó que actualmente las condiciones de El Niño persisten, con indicadores oceánicos y atmosféricos alineados con un evento de este tipo en curso, que está disminuyendo gradualmente.
En este marco, la mayoría de los modelos pronostican una transición de El Niño a ENSO-neutral en abril-junio de 2024, que luego persiste durante el invierno; mientras que La Niña se convierte en la categoría más probable entre agosto 2024 y febrero 2025.
En tal sentido, el gráfico que se exhibe a continuación muestra los resultados de 17 modelos dinámicos y nueve modelos estadísticos de diferentes institutos del mundo, con sus respectivos promedios (líneas gruesas roja y verde, respectivamente). Valores entre -0.5°C y 0.5°C en el eje vertical se consideran ENSO-neutral.
“Si bien la mayoría de los modelos (69%) indican valores inferiores a -0.5°C en algún momento (La Niña), existe mucha dispersión en los resultados. En los extremos se encuentran el modelo NASA GMAO, de EEUU, que desciende hasta -3°C (La Niña fuerte) y el modelo BCC_CSM1, de China, que se mantiene por encima de 0.5°C (El Niño débil)”, precisa la ORA.
Y completa: “El pronóstico de consenso, que es ajustado por expertos, está representado con la línea azul gruesa. El consenso de expertos se inclina hacia valores más negativos que los que indican los promedios de los modelos numéricos; es decir, un evento La Niña más intenso”.