En el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), el precio de la hacienda de consumo registró una suba que osciló entre los $ 50 a $100, con máximos que en el caso de novillitos llegaron a $ 2.300.
En una economía sensible ante cualquier suba en productos de la canasta básica familiar, la pregunta radica en si esta suba es circunstancial o bien obedece a un reacomodamiento en el negocio.
En líneas generales y de acuerdo a cálculos de los eslabones intermedios del negocio, una suba de esta magnitud en los valores del kilo vivo pueden reflejarse en subas de entre $ 200 a $ 400 en el kilo de carne para los consumidores.
La “desinflación” también se siente en la carne: los cortes suben menos que la hacienda
De acuerdo a operadores del negocio, esta suba responde a factores estrictamente coyunturales. Los dos feriados consecutivos, el menor ingreso de hacienda en Cañuelas y las fuertes ventas por el feriado del Día del Padre vaciaron las cámaras de las carnicerías.
En este contexto, el bajo ingreso de este martes –que no superó las 8.000 cabezas- imprimió una tónica alcista en las cotizaciones ganaderas.
Pero al poner los faros largos, algunas señales del mercado permiten anticipar que el precio de la carne vacuna comenzó a encontrar un nuevo equilibrio. Por el momento, las subas en las pizarras de las carnicerías corren por debajo de los índices de inflación
HACIENDA: SUBAS TEMPORALES
Con un ingreso de 7.223 cabezas, el mercado se comportó con firmeza y cuando bajó el martillo para el consumo –vaquillonas y novillitos- las subas promediaron entre los $50 a $100 por kilo vivo.
En machos livianos -300 a 350 kilos- los corrientes fueron de $2.150, con máximos de $2.300, mientras que en hembras del mismo kilaje, los valores llegaron a $2.100 y $2.300, respectivamente.
Consultados por Infocampo, desde el eslabón de abastecedores consideraron que esta suba responde exclusivamente a los menores ingresos de hacienda -para el mércoles 19 de junio también se espera una entrada reducida- y calcularon que los precios volverán a su senda habitual una vez que se regularice el flujo de hacienda.
En el mediano plazo, desde el mercado ganadero de Rosario (Rosgan) consideraron que los precios empezaron a buscar un nuevo techo.
“Se puede vislumbrar una lenta recomposición del consumo a medida que el poder adquisitivo de los salarios aminora su deterioro”, afirmaron.
La entidad rosarina calculó que recién en mayo comenzó a verse una relativa estabilización en el precio de la carne, a partir de un consumidor menos retraído en su nivel de consumo.
“No obstante, la realidad es que la carne vacuna en el mercado local sigue estando muy barata respecto de otros alimentos que componen la dieta”, afirmaron.
Así, calcularon que si la inflación sigue su actual senda descendente y los salarios recuperan parte de su capacidad de compra, el consumo de carne vacuna debería recuperar terreno.
Pero más allá de estos indicadores, esta recomposición es demasiado incipiente como para traccionar en el valor de la hacienda en pie, que según advirtió el Rosgan “sigue literalmente planchado en términos nominales, arrastrando hasta el mes pasado importantes retrasos en términos reales”.
ELEVADO VOLUMEN DE HACIENDA
Además del bolsillo del consumidor, otro dato que permite entender que los precios no se reacomoden es la oferta de hacienda, que según los rosarinos sigue siendo alta. “Este nivel de oferta es lo que mantiene planchado el precio de la hacienda en pie”, señalaron.
De este modo, desde finales de marzo el valor del novillito fluctúa entre los $2.100 y $2.300. En paralelo, los feedlots presentan un buen nivel de encierre, apenas unas 100.000 cabezas por debajo en la comparativa interanual, cuando la seca apretaba y los productores adelantaban la salida de los campos, ante el desplome en la capacida forrajera.
“A diferencia del año pasado, la mejora en la relación de compra-venta, sumado a la baja de la tasa de interés, volvió a generar números favorables para el negocio de engorde incentivando este nivel de llenado”, concluyeron.