Con marcadores moleculares, el girasol confitero logra mayor resistencia a herbicidas

El Laboratorio de Genómica y Marcadores Moleculares (LGMM) de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y la empresa de productos alimenticios Argensun Foods trabajan en conjunto en el desarrollo de un programa de mejoramiento para semillas de girasol confitero, asistido por herramientas biotecnológicas de última generación.

Luego de llevar adelante un exitoso proyecto mediante el que lograron incorporar a los cultivos resistencia a herbicidas, actualmente buscan sumar otros rasgos de interés agronómico, con el aporte de marcadores moleculares.

Cabe recordar que Argensun Foods es una empresa argentina dedicada a la producción y comercialización de alimentos naturales y cuenta con reconocidas marcas como Pipas, Tía Maruca y Pampa Farms.

En este marco, la firma desarrolla un programa de mejoramiento de girasol confitero que integra toda la cadena, desde la generación de híbrido, bajo la marca Valia Genetics, hasta la venta del producto en los principales mercados nacionales e internacionales.

MARCADORES MOLECULARES PARA EL GIRASOL CONFITERO

“Fuimos una de las primeras empresas semilleras con las que comenzó a trabajar el laboratorio LGMM de la FAUBA. Este vínculo nos permitió acceder a tecnologías de última generación, con equipamiento de punta y profesionales que cuentan con un amplio conocimiento en la temática. Esto nos permitió avanzar más rápido en nuestros proyectos de mejoramiento genético”, afirmó Josefina Demicheli, breeder del programa de girasol de Argensun.

En la búsqueda por generar híbridos con mejor performance agronómica, la empresa busca incorporar a sus cultivos ciertos rasgos de interés como resistencia a herbicidas y enfermedades, para obtener mejores rendimientos y granulometría de los granos.

Todas estas mejoras se logran a través de procesos de cruza y selección asistida por marcadores moleculares, sin la necesidad de incorporar transgénicos.

“En girasol, todos los rasgos que confieren resistencias provienen de mutaciones inducidas o presentes en poblaciones silvestres de girasol, no se utilizan transgénicos”, especificó Demicheli.

En este sentido, destacó el trabajo que llevaron a cabo junto al laboratorio de la FAUBA para desarrollar cultivos Imisun, resistentes a herbicidas de la familia de las Imidazolinonas (IMI).

“Fue uno de los primeros proyectos grandes que hicimos en conjunto y, gracias a la ayuda del laboratorio, se logró que las principales líneas del programa sean resistentes a estos herbicidas”, señaló.

Josefina Demicheli, breeder del programa de girasol de Argensun

Y agregó: “Actualmente estamos buscando sumar nuevos rasgos de interés al girasol confitero. Ya tenemos definidos los marcadores moleculares, y estamos en una etapa de validación y puesta a punto, para incorporar a nuestros cultivos resistencia a herbicidas de los grupos sulfonilureas e imidazolinonas.

“Además estamos trabajando en la resistencia a distintas enfermedades que se pueden rastrear a través de marcadores moleculares”, completó.

EL GIRASOL CONFITERO Y SUS RASGOS PARTICULARES

En este contexto, es importante mencionar que, a diferencia de los programas de mejoramiento que se realizan sobre el girasol aceitero, donde se busca generar un mayor rendimiento en aceite, en estos casos se busca incorporar otras características particulares a los híbridos confiteros, las cuales se adaptan a las demandas específicas de diferentes mercados internacionales.

“Nuestro programa de mejoramiento tiene cuatro líneas de trabajo. La principal está integrada por los confiteros convencionales, destinados a Estados Unidos. Son granos que tienen entre 18 o 20 milímetros de largo y forma redondeada. Estas son características específicas para el hábito de consumo preponderante en ese país, donde los consumidores suelen llevarse un puñado completo de semillas a la boca”, explicó la investigadora.

En tanto, amplió que “la segunda línea de trabajo se denomina XL (extra largos), con más de 22 milímetros de largo y una forma alargada. Estos granos confiteros se consumen en Europa occidental y en China, donde se come de a una semilla con los dedos, luego de quitarle la cáscara”.

En tanto, también está la línea Black confection, que son los confiteros destinados a Europa del este y a Rusia. Son semillas pequeñas, de unos 15 milímetros de largo, completamente negras o con estrías imperceptibles, que se pueden descascarar fácilmente.

“Por último tenemos la línea de descascarados, para satisfacer las nuevas demandas de productos hechos a base de girasol, como untables, leches vegetales y harinas no tradicionales”, concluyó.

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