“Antes se hablaba de la vitivinicultura como una economía regional, y claramente ya es nacional”

“Antes se hablaba de la vitivinicultura como una economía regional, y claramente ya es nacional”

uvas infocampo

A tono con la importancia que la gobernación de Mendoza le dio al reciente Congreso Internacional del Terroir, la casa de estudios que ofició como anfitriona de los expertos internacionales también aportó su mirada sobre el presente de la vitivinicultura en Argentina.

El vicerrector de la Universidad Nacional de Cuyo, Gabriel Fidel, dialogó con Infocampo acerca de la recepción al centenar de analistas, productores, sommelieres e ingenieros agrónomos que llegaron desde distintos puntos de la Argentina, como también de Chile, Uruguay o Brasil.

Incluso hubo una fuerte presencia de otros continentes, con llegados de Estados Unidos, Suiza, España, Italia o Francia.

De hecho, la mayor parte del Congreso Internacional del Terroir se realizó en inglés y una dupla de traductoras trabajó en el auditorio de la sala magna de la Facultad de Ciencias Agrarias durante los cinco días, realizando la traducción en simultáneo.

Terroir

CONGRESO DEL TERROIR EN MENDOZA

-¿Qué sensación deja el tener a este evento en la universidad en la que te desempeñás?
-Una tremenda alegría, orgullo y honor, porque nos visitan profesionales, investigadore, docentes de la actividad de todo el mundo y porque pone a Mendoza y a la Argentina en el centro de la escena con un tema que a todos nos preocupa, que es el concepto de terroir. Es un conjunto de elementos multidisciplinarios que tiene que ver con la tierra, con el clima, con los suelos, con la altitud, con la historia, con la identidad. Estamos en una fase de diferenciación.

Hablás un poco de la identidad y Mendoza es la gran referente, pero hay varias provincias que están queriendo empezar a meterse a futuro en el mundo del vino…
-(Interrumpe) 18 provincias.

-Exacto. ¿Cómo se va transmitiendo ese saber y esos conocimientos esta cultura?
-Es muy interesante porque antes se hablaba de la vitivinicultura como una economía regional, y claramente es una economía nacional. Porque pocas producciones están en tantas provincias argentinas como la vid y la producción de vinos. Eso nos da dos posibilidades.

-¿Cuáles?
-Primero, nos permite ser un país que desde Jujuy hasta Chubut o desde Mendoza hasta la Mesopotamia tiene enorme diversidad y eso nos hace un país todavía más interesante en los vitivinícolas, porque podemos producir vinos de muy distintas naturalezas. Si pensás en la altitud, vamos desde el nivel del mar hasta arriba de 3600 metros en Jujuy o Salta. Aquí en Mendoza también  tenemos una vitivinicultura cordillerana y vamos desde 700 metros hasta 1300. Somos un país muy interesante.

Fidel

-¿Y el enoturismo qué rol juega?
-Hoy tenemos la posibilidad de hacer turismo del vino en casi todo el país y en algunos casos como el nuestro es el principal producto turístico de la provincia, pero en otros es un producto complementario que anda muy bien. ¿Un ejemplo? Córdoba, que hoy es una de las provincias que más crecen en el enoturismo y quizás no es su producción principal. Nos pone muy contentos que la Argentina cada vez sea más vitivinícola.

-Aquí se habló mucho sobre el cambio climático, y días atrás el INTA alertó sobre la gravedad hídrica en todo Cuyo. ¿Cuál es tu mirada?
-Es un desafío en relación a la disponibilidad de agua, que para nosotros es un tema crítico y es una variable importante poder controlarla para la elaboración de vinos, pero también de alguna manera va cambiando las características de los distintos terroirs, porque al ir cambiando el clima, lo que te va pasando es que una variedad característica de una zona hoy por ahí pueda dejar de serlo, y una variedad que no se podía producir en otras zonas, por ahí sí se puede empezar a hacer. Claramente el avance de la ciencia y la tecnología nos da herramientas para poder enfrentarlo.

-¿Son compatibles la producción minera y la producción agropecuaria?
-La clave es la sustentabilidad y el agua. En la medida de que cualquier producción tiene que ser sustentable, y en la medida que nosotros tenemos en claro la sostenibilidad ambiental social y económica, pero en este caso la ambiental, nosotros podemos tener conviviendo distintos tipos de producciones. Obviamente el miedo de cierta parte de la población tiene que ver con el agua, con cuidar esto que es vital y está bien que así sea, pero en la medida que nosotros vamos hacia sistemas de producción sustentables, eso lo podemos resolver. En la actividad minera y en cualquier otra actividad, porque toda actividad económica es contaminante. El tema es cómo hacemos para hacer de esas actividades algo sustentable.

-¿Cómo se va dando el debate?
-Y después está el segundo componente que es las comunidades locales hacen una elección de qué matriz productiva quieren tener. Entonces, en nuestro caso, en el Gran Mendoza es una realidad, en el Este es otra, en el Valle de Uco, es otra y en el Sur puede ser otra y quizás los malargüinos tienen una mirada distinta que los alvearenses. Creo que tenemos que ser respetuosos también de las comunidades locales. Pero en la medida que somos capaces de tener producciones sostenibles nosotros podemos avanzar, pero claro los mendocinos en eso tenemos claro, cómo cuidar a lo que están vital para nosotros que es el agua pero también tenemos necesidad de crecer en lo económico. Con la vitivinicultura y el turismo es importante, pero no alcanza.

En Mendoza, “la agricultura y la minería pueden convivir perfectamente”

-¿Cómo ves los debates en torno a los alcances de la Universidad pública y su rol?
-Con una clara defensa, porque la Argentina no sería lo que es si no fuera por la educación pública. Ha sido una de las pocas políticas de Estado que hemos tenido desde los tiempos de la organización nacional, de Sarmiento, de Avellaneda y de esas generaciones del 37. Y diría de antes también, porque Belgrano fue un gran propulsor de educación pública y San Martín cuando fue gobernador de Cuyo también. Con lo cual, a veces hay discusiones que por ahí no se dan en el nivel que se deberían tener.

-¿Cuál es su importancia en la vitivinicultura?
-La vitivinicultura de la que estuvimos hablando no sería posible si no hubiera sido por esta facultad, que nació como quinta agronómica en 1853. La vitivinicultura argentina y mendocina fue acompañada por estos profesionales. ¿Somos perfectos? No. ¿Tenemos que mejorar? Sí, por supuesto. Pero se construye cuidando lo que tenés y mejorando, así que nosotros vamos a ir trabajando duro como lo hacemos cuidando nuestra universidad y siendo también responsables en saber que es sostenida por la sociedad. La universidad es parte de la solución de lo que necesitamos los argentinos.

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