El mapa del vino argentino avanza en su extensión y las distintas regiones productoras del país quieren anotarse en la carrera de la exportación, con botellas cuyo contenido sea de alto valor y una atracción ligada al enoturismo.
La Patagonia, en ese sentido, tiene una oportunidad y las provincias del sur se aferran a la idea. Por eso, esta semana en Río Negro se dio un encuentro de marcada importancia para el futuro de la producción de vino local.
La “Jornada para el Desarrollo Vitivinícola del Sur Argentino” fue realizada en la Bodega Humberto Canale de General Roca, el corazón del Alto Valle del río Negro. La misma fue a su vez organizada por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y el gobierno provincial, cuyo gobernador Alberto Weretilneck participó del encuentro.
En la carrera global del “vino de terroir”, ¿cuáles son las zonas de Argentina más codiciadas?
Pero a su vez acompañaron las ministras de Producción de Chubut, Laura Mirantes, y su par de La Pampa, Fernanda González.
UN ESTUDIO PARA EL DESARROLLO DEL VINO
El encuentro fue el marco en el cual se presentaron los resultados del “Estudio de Caracterización de Regiones Vitivinícolas”, que fue financiado con fondos del BID, el Consejo federal de Inversiones y la plataforma de Información Agrometeorológica.
El trabajo a campo fue concretado por técnicos de INTA, CONICET, Universidad Nacional de Cuyo, Universidad Nacional de San Juan, Universidad Nacional del Comahue, Universidad Nacional de Córdoba, Universidad Nacional de Chilecito, Universidad Nacional de Salta, Universidad Nacional del Sur y Centros de Desarrollo Vitícola.
La misión está clara: las provincias del sur buscan que al menos unas 3.636 hectáreas de la zona puedan ser la punta de lanza para producir vinos de varietales codiciados en la exportación como malbec, pinot noir y merlot.
¿Cómo se distribuye ese potencial entre las provincias?
1.790 hectáreas de Neuquén
1.500 de Río Negro
306 de La Pampa
40 de Chubut
En simultáneo, los estudios físico-ambientales relevaron 15.000 hectáreas distribuidas en 38 áreas productivas de 14 provincias argentinas.
“La Patagonia cuenta con una herramienta para la toma de decisiones que muestra sus cualidades únicas para optimizar su posicionamiento en los mercados nacionales e internacionales”, destacó por su parte Ignacio Lamothe, secretario general del CFI.
Con relación a los estudios de caracterización, por su parte, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, afirmó: “Argentina es el primer país en el mundo en caracterizar toda su superficie vitivinícola según condiciones climáticas, geográficas y productivas. La Patagonia está lista para optimizar su posicionamiento en los mercados nacionales e internacionales”.
“Este programa y los logros que hemos alcanzado no son casualidad, sino el resultado de la visión de aquellos inmigrantes que hace más de 100 años eligieron estas tierras. La Patagonia debe ser vista como una unidad, donde cada producto nos representa de manera emblemática”, sumó el ministro local de Desarrollo Económico y Productivo, Carlos Banacloy.
Los bodegueros también acompañaron la presentación.
“Estos estudios no solo sirven para entender los lugares en los que estamos, sino que nos ayuda a comunicar regiones y los vinos que hacemos. Es un instrumento muy valioso porque trabaja desde la identidad, que es el atributo diferencial más destacado”, afirmó Ana Viola, de bodega Malma de Neuquén y presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia.
“Nos da una herramienta enorme para trabajar, entender y comunicar nuestra región”, agreó Emmanuel Gómez, de la bodega Nant y Fall de Trevelin, Chubut.
Alejandro Gresia, de bodega Lejanía de La Pampa, opinó que “con el vino se vende todo: el lugar, el paisaje, la cultura. Esto hacía falta y por suerte lo tenemos”.
“Lo que se vende es un terroir dentro de una botella y el desafío para todos es cómo comunicarlo. Esta es una gran herramienta para poder comunicar mejor nuestros vinos”, concluyó Ezequiel Naumiec, de Bodega Trina de Río Negro.