En las exposiciones ganaderas, todas las miradas en la pista están destinadas a la genética bovina de elite que se exhiben y buscan coronarse como Gran Campeón.
Con su ojo clínico, los jurados son los encargados de analizar en detalle los atributos de estos animales y decidir como se escalonará el podio.
Serafín Sillero estuvo a cargo de la Jura de Clasificación de Puro Registrado (PR) y VIP, en la Exposición del Centenario de la Asociación Argentina Criadores de Hereford.
El jurado destacó el caractér federal del evento, situación que lo puso frente a una gran heterogeneidad de hacienda, ambientes y casos productivos.
“Nunca ví tantos animales diferentes en la pista”, confesó tras el evento. Esta particularidad obligó a Sillero a redoblar su esfuerzo y más allá de los aspectos habituales que analiza, tener en cuenta otra serie de variables.
-¿Qué se puede destacar de la genética en hembras que pasó por la pista?
-La Exposición del Centenario Hereford es una muestra particular, porque nuclea cabañas de diferentes lugares del país, desde Ushuaia hasta el norte. Se ve la adaptabilidad, hay diferentes negocios y ambientes y cada uno hace su producto y busca sus herramientas para producir. Hay que tener en cuenta la realidad productiva, sí me hubiera tocado jurar en una exposición zonal, probablemente el criterio es otro y hubiera sido más estricto en algunos temas. Acá se ve todo, la plasticidad de la raza para diferentes escenarios y uno no debe juzgar las diferentes realidades no es nuestro rol. Desde lo técnico, hay que hay que contextualizar también y pensar en todo en el escenario completo.
-¿Cómo fue la experiencia de analizar tantas realidades?
-Creo que fue único. Yo me dedico a esto desde hace muchos años, viajé por todos lados trabajando y he visto muchas vacas, pero nunca animales de tantos lugares diferentes en la misma pista. Solo pasa en Palermo, pero con pedigrí y no con los animales que trabajan en el campo. Sabía que iba a ser difícil, lo más sencillo sería un tipo de animal dentro de alto parecido, porque los parámetros de selección serían más o menos uniformes.
-Antes de la jura, ¿qué esperabas encontrar?
-Hay que ser abierto y pensar en la foto completa dentro de la pista. Sabía que en algunos casos tomaría decisiones con mi línea con mis criterios y para otros casos podía ser distinto. En la pista había de todo, desde muy buenos animales y otras realidades, con menor preparación. Es difícil poner todo esto en pista, con animales que en una misma categoría se llevan 200 kilos, hay animales paridos y otros que parirán en cuatro meses y también depende en donde esté el campo, el clima.
-Más allá de estas asimetrías que marcás, ¿cuál fue el común denominador al momento de analizar las hembras en pista?
-Veo que la raza está resolviendo poco a poco sus dificultades en algunos parámetros. Dentro del tercio superior de animales, vi muy superado el tema ubres, un aspecto en donde la raza tenía que empezar a poner atención. Las líneas eran muy maternales, poco efecto de aplomos y muy pocos lotes fuera del tipo racial. Está muy incorporado el tema del el pigmento ocular, algo que el mercado pide mucho: animales muy buenos pero sin pigmentos están un paso atrás en los remates. Está muy bien que los criadores hayan tenido la dinámica para incorporarlo rápido casi no se ven animales sin pigmentos. Todo esto que menciono deja una muy buena imagen. una muy buena imagen.
-¿Qué aporta la raza a los productores ganaderos?
-Sin dudas, Hereford siempre fue una raza bien reconocida por su aporte al novillo de exportación más pesado en sus cruzamientos, aunque es un mercado que estuvo suprimido por muchos años. Ahora parece que tendrá nuevamente vigencia, pero más allá de esto creo que la raza ha resuelto muchos temas que la ponían en desventaja sobre otras. Hoy es una hacienda más maternal, funcional y moderada en tamaño. Es notable como se uniformo el tamaño en los últimos años la raza tiene rumbo y tiene que estar preparada para adaptarse a todos los ambientes.